Socialización: Televisión y cine
Los medios de comunicación, y la televisión y el cine en especial, aunque no lo parezca, nos enseñan qué es la sociedad, nos ayudan a aprender convencionalismos a los que no tendríamos acceso de no ser por estas ventanas al mundo. Por ejemplo, todos sabemos qué es un cóctel y cómo deberíamos presentarnos a uno, sin necesidad de haber estado en un acto de este tipo, pero siempre lo que muestran desde un punto de vista, por lo que cabría preguntarse si los medios nos sirven realmente como referente de la realidad sin necesidad de experiencias propias, ya que no es lo mismo lo que vivimos que lo que nos cuentan y, por tanto, el tipo de socialización que promueven será incompleta y partidista.
No podemos olvidad que se trata de productos ideados para un consumo; por lo tanto, el tipo de formación que promueven es, cuando menos, cuestionable. Siempre debemos pasar los mensajes de los medios por el filtro de la propia experiencia y el sentido común, para saber qué diferencia hay con respecto al mundo real.
Homogeneización: Televisión
Asistimos al agotamiento de la diversidad no porque la diversidad no exista (que es cada vez mayor y más enriquecedora), sino porque a los medios les es más fácil agrupar en categorías homogéneas para planificar más fácilmente sus mensajes. Por ejemplo, surgen canales temáticos; de cocina, historia, ciencia, deportes, etc... tras el estudio de las audiencias y la especialización hacia determinados segmentos. El medio que más y mejor homogeiniza es la televisión. Todo el mundo ve los mismo programas; por tanto, todo el mundo se preocupa por las mismas cosas; todos compartimos una misma moda, incluso en distintos países. Esto tiene como resultado la acentuación de las diferencias entre posturas culturales no afines.
Creación de estereotipos
Un estereotipo es una idea instalada en el imaginario común que representa de forma simplificada a un grupo de población o forma de vida, por ejempli, el estereotipo de belleza o el estereotipo de los marroquíes como machistas y muy religiosos. Los estereotipos nos facilitan la comprensión del mundo, pero también facilitan la creación de prejuicios. Los estereotipos no pueden convertirse en verdades, recordemos que no es mas que una manera de reducir homogéneamente con fines comerciales las opciones de la audiencia. La vida cotidiana y la cultura son mucho mas heterogéneas
Exacerbación de las diferencias culturales
Del mismo modo, se vende lo homogéneo, pero también lo diferente, por contraste. Hay que señalar qué nos hace diferentes a los demás, por ejemplo, la diferencia entre la industria del cine de Hollywood y de Bollywood. La diferencia cultural se entiende como rechazo a la homogeneización impuesta por los medios, y como estamos acostumbrados a que lo que muestran los medios de comunicación sea la norma, cualquier diferencia parece que deriva en radicalismos excluyentes.
Nuevas necesidades
El deseo de disfrutar de nuevos objetos o experiencias se magnifica ante la venta de valores superficiales a través de los medios en su trasfondo comercial. Por ejemplo, los medios de comunicación nos explican lo importante que es tener un buen coche, o una casa de vacaciones, etc., a través de la publicidad, pero ¿son esos valores materiales realmente tan importantes? ¿hasta qué punto estamos siendo trasladados hacia un esquema de comportamiento también homogeneizante y partidista? ¿lo hacemos porque todo el mundo tiene un buen coche y una gran casa? Hay que ser conscientes de que estos valores se esconden bajo intereses comerciales, y no son reflejo real de la felicidad. De nuevo, es importante filtra estas nuevas necesidades ante nuestro sentido común y experiencia real.
Aprendizaje y refuerzo de conductas
Los medios de comunicación son transmisores de valores, como hemos visto. Ademáas, reflejan la sociedad cambiante en la que vivimos y su evolución. Como ejemplo cabe mencionar las teleseries de TVE que explican la transición española, como Cuéntame o Amar en tiempos revueltos, el tratamiento de la homosexualidad a través de la ficción (la película Filadelfia con Tom Hanks y Antonio Banderas), o de la violencia de género (la película Te doy mis ojos, de Icíar Bollaín). Aunque en ocasiones habría que preguntarse quién vigila qué conductas se aprenden y refuerzan y cuáles podrían ser los efectos en la sociedad.
No todo lo que se transmite a través de los medios es beneficioso para la sociedad, de ahí el peligro de modas como la delgadez en las pasarelas.
Legitimación de comportamientos y actuaciones
Aquello que se apoya desde los medios de comunicación aparece legitimado ante la sociedad, por ejemplo, la presión de la prensa rosa sobre algunos personajes famosos, como Isabel Pantoja, queda legitimada desde los medios de comunicación, por tanto, para un amplio sector de la audiencia también. Hay que insistir en la importancia de mantener una visión crítica sobre la actuación de los medios, no todo lo que validan puede darse por bueno sin ser analizado.
Reforzamiento de las normas sociales y denuncia
En la misma línea, los medios trasladan a la sociedad lo que se puede hacer y lo que no, determinan lo que es bueno y lo que es malo, por ejemplo, las campañas de apoyo a las nuevas medidas para reducir la siniestralidad en la arretera. Al mezclar estos mensajes dirigidos hacia la moral de la sociedad con otros relacionados con conceptos similares, es fácil que el espectador se confunda y no sepa donde acaba la realidad y dónde empieza la ficción. Los medios se han convertido en fuetne de conocimiento, por lo que es necesario fiscalizar sus actividades
Construcción de expectativas sociales
El concepto de éxito y fracaso también viene definido por los medios de comunicación, nuestras expectativas se crean a través del conocimiento del mundo que adquirimos de estos medios. Por ejemplo, se ha extendido que para ser una mujer triunfadora hay que ser joven y bella, ya que es el mensaje de gran parte de los spots de televisión. De igual modo, podríamos observar distintos estereotipos de series juveniles donde cabría analizar quiénes son los triunfadores de la clase y por qué y quiénes son los perdedores o sobre quiénes recaen las burlas. Estas consideraciones deberían tenerse en cuenta a la hora de construir expectativas, ya que se ha comprobado que tendrán un reflejo social. Como espectadores, sólo nos queda ser conscientes a la hora de interpretar estos mensajes.
Conformismo
Los medios ponen mucha información a nuestra disposición, pero también omiten otro tanto, en general nos conformamos con lo que recibimos sin preguntarnos si hay algo más porque es más fácil la recepción pasiva. Una sociedad conformista no es una sociedad crítica, por tanto, es una sociedad que deja su desarrollo en manos de otros.
Disminución de la comunicación interpersonal
Los medios de comunicación cada vez exigen más de nuestro tiempo, tiempo que restamos a las relaciones con otras personas. Ya pasamos más tiempo en nuestro trabajo que con nuestras familias, de ahí , por ejemplo, el auge de los mensajes del móvil que nos ahorran conversaciones. Tendemos a la sustitución de la persona por la máquina, lo que deriva en una pérdida de la empatía y , como consecuencia de la disminución del contacto humano surgen las enfermedades emocionales.
Estos valores coincidentes con una sociedad basada en el consumo, la eficacia y la rentabilidad en el trabajo (cuánto más se necesita, más se compra y para ello se trabaja más y más duro, lo que redunda en una falta de tiempo para las cosas verdaderamente importantes) son transmitidos también a través de los medios de comunicación, a través de los estereotipos de los anuncios y productos de ficción. Volvemos a cuestionarnos aquí hasta qué punto ese modelo unificado y generalista es real y corresponde a nuestras verdaderas necesidades como sociedad y como individuos.
Preponderancia de la cultura de masas
Los medios de comunicación de masas transmiten una cultura común, general, que pueden entender millones de personas, si no, no sería de masas. Esta cultura puede eclipsar a las culturas nacionales, regionales y locales, por la tendencia a la homogeneización. Por ejemplo, los valores que transmiten las películas y series americanas no nos resultan extraños a pesar de ser dos culturas muy diferentes, sin embargo, cada vez conocemos menos las tradiciones, maneras y comportamientos de las culturas locales, de modo que se pierden tradiciones familiares y de arraigo cultural por desapego y falta de atención, mientras que copiamos modos y maneras que nos llegan desde América simplemente porque están de moda al aparecer en los medios de comunicación.
Sería importante reflexionar sobre determinadas modas de las que, posiblemente, desconocemos su origen, pro ejemplo la tendencia a usar pantalones caídos tiene su origen en las cárceles, donde se les prohibe a los reclusos usar cinturón ante el peligro de agresión o suicidio, o el juego juvenil de atar las zapatillas de deporte y tirarlas para que cuelguen de los hilos eléctricos, práctica que nació en el Bronx de Nueva York y que significaba que alguien de una banda había asesinado a un miembro de la banda contraria, provocando con esta forma de anuncio una advertencia o amenaza. ¿Conocemos el origen de nuestros comportamientos como individuos o seguimos conductas sociales sin saber su significado, como masa?

(Halloween o fiesta de todos los santos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario