Los contenidos de los noticiarios, en otros tiempos limitados a "mostrar lo importante", transforman en temas estrella aquellos que más puedan estremecer al espectador: el suceso se ha tomado la delantera, pero no la gran tragedia como evento informativo sino la cotidiana, la tragedia cercana y anónima con la que el espectador se identifica y que despierta su curiosidad morbosa (ese "mirar por la mirilla" que hizo triunfar fórmulas como la del programa "Gran Hermano")
Los estudios de audimetría demuestran que estos temas, junto a la intromisión en las vidas de personajes famosos, que no importantes, son seguros de captación de audiencia y los han transformado en el eje de unos programas que los anuncian previa e insistentemente, de forma que el espectador se ve secuestrado y ha de contemplar el resto de los contenidos hasta llegar a la "noticia" que ha despertado su curiosidad morbosa. Estás técnicas enganche, utilizadas en los programas de "corazón" o infoshow han sido incorporadas a unos informativos que , salvo honrosas excepciones, han degenerado en crónicas de sucesos aderezadas de otros contenidos.
Desde el punto de vista formal, los informativos han adoptado paulatinamente métodos narrativos procedentes de la publicidad, como por ejemplo:
- La repetición.
- Uso de eslóganes en las entradillas, titulares y resúmenes
- Uso del grafismo para sintetizar la información.
- Uso de rótulos redundantes con el audio.
- Ambientación en decorados de supuestas redacciones con gente trabajando, para generar sensación de "urgencia"
- Uso de la repetición en cámara lenta para subrayar un hecho.
- La música de las cabeceras y ráfagas, pretendidamente grandiosa y que transmite autoridad.
A lo anterior se añade la simplificación, de modo que los informativos se han transformado en una serie de píldoras de unos pocos segundos que no dejan hueco al análisis de temas complejos.
La finalidad primordial de un informativo parece que ya no es informar sino fidelizar audiencias, insertando componentes espectaculares que las atraigan como la luz a los insectos, aunque su interés informativo o cultural sea nulo. Los espectadores, aunque tengan quitado el sonido de su receptor, verán captada su atención por la mínima expresión de la información: un rótulo chocante. Las tres viejas premisas de la comunicación, Informar, Formar y Entretener, se han transformado en una !!NO cambies de canal!!
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